SPORT.ES - 13/01/2013
Si algún jugador resumió en La Rosaleda la capacidad competitiva del equipo, su ambición y su talento, ése fue Sergio Busquets.
El Barça hizo una segunda parte casi perfecta en La Rosaleda, en un partido en la que todos sus jugadores brillaron a un excelente nivel. Pero si en algún jugador se puede personificar ese rendimiento de 'diez' es en Sergio Busquets.
El centrocampista de Ciutat Badia, un maestro a la hora de administrar una posición tan delicada como es la del pivote, volvió a ofrecer un recital sobre cómo un jugador completo puede ser tan importante a la hora de construir el juego como a la hora de frenar la creación del equipo rival.
Su instinto defensivo y su inteligencia táctica ayudaron a que el Barça supiera superar la presión malaguista ordenada por Manuel Pellegrini, que buscó recuperar el balón muy arriba, ofreciéndose siempre a Piqué y Mascherano para poder salir con el balón jugado o vigilar las apariciones de Joaquín, Isco o Roque Santa Cruz.
Pero además, como es habitual, Sergio se encargó de ayudar a los centrales del Barça en el juego aéreo, uno de los untos débiles del equipo, y a Iniesta, Cesc y Xavi a la hora de mover el balón con velocidad para desfondar el centro del campo blanquiazul.
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